Un programa de estudios y aventura
En 1979 y por sugerencia de S.M. el Rey de España, Juan Carlos I, el periodista Miguel de la Quadra-Salcedo creó este programa con el objetivo de consolidar entre la juventud de 16 y 17 años los cimientos de la Comunidad Iberoamericana de Naciones entre todos los países de habla hispana, incluidos Brasil y Portugal.
Ruta Quetzal es más que un viaje, es una expedición "iniciática", "ilustrada" y "científica" en la que – durante cerca de mes y medio, de mediados de junio a finales de julio – se mezclan la educación en valores, la cultura y la aventura.
En sus treinta y una ediciones, la expedición ha recorrido América y Europa siguiendo siempre las huellas de personajes cruciales en la historia de la Comunidad Iberoamericana, dando especial importancia a las culturas precolombinas y a las épocas de la independencia de los países iberoamericanos, sin olvidar las tres culturas que España pasó a América: la islámica, la judía y la cristiana.
A través de un riguroso proceso de selección, los expedicionarios son elegidos entre los mejores estudiantes de cada país. En España, los participantes deben realizar un trabajo siguiendo los requisitos recogidos en las Bases de Participación del Concurso que se presentan anualmente. En el resto de países, son las Embajadas españolas, a través de sus Consejerías Culturales y de Educación, las que, en colaboración con los Ministerios de Educación de cada país, desarrollan las actuaciones correspondientes en la gestión y elección de los seleccionados en coordinación con la Organización del programa.
De esta forma, más de 10.000 jóvenes procedentes de cerca de 60 países de Europa, América y otros íntimamente relacionados con la historia de España como Marruecos, Guinea Ecuatorial o Filipinas, han tenido la oportunidad de viajar y descubrir las dimensiones humanas, geográficas e históricas de otras culturas tan diferentes a las suyas como puedan ser las viejas civilizaciones mediterráneas o las culturas precolombinas, muy distantes en el espacio y en la concepción de la vida, pero al mismo tiempo fusionadas en un fructífero mestizaje que todavía hoy conforma decisivamente nuestro mundo.
Pero sobre todo Ruta Quetzal es una experiencia formativa única que marca un “antes” y un “después” en la vida de los 250 jóvenes que cada año participan en ella, y que no sólo sirve para ampliar sus conocimientos a través de las más diversas disciplinas académicas, sino que también es un valioso instrumento para sensibilizar a la juventud en la protección del medio ambiente y el desarrollo del espíritu de cooperación internacional, animándoles a observar con atención los países que se visitan, con el fin de crear una nueva y más real escala de valores, que va más allá de la riqueza y la pobreza.
De la observación de culturas distintas, comprobaremos como otros pueblos son más felices que nosotros teniendo muchas menos cosas. Ello nos permitirá profundizar en cada una de las formas de vida y costumbres que nos encontraremos a nuestro paso, comprendiendo así un mestizaje cultural trasmitido de generación en generación hasta nuestros días. Valores que nuestra civilización, moderna y materialista, ha ido perdiendo poco a poco con el tiempo, y que entendemos es bueno que nuestra juventud pueda recuperar.
En definitiva, un viaje de estudios que profundiza en los conocimientos históricos que hacen revivir la época de los grandes descubrimientos geográficos. Toda una aventura cultural en la que jóvenes de 16 y 17 años convivirán en una experiencia inolvidable de gran enriquecimiento intelectual y humano que potenciará sus relaciones personales, creando un clima de comprensión y solidaridad mutuo que mejore la cooperación entre todos los países participantes.
Un programa institucional
A lo largo de su historia, estas expediciones culturales se han configurado en dos etapas claramente definidas. En una primera fase, que se inicia en 1979 hasta 1992, las expediciones, conocidas genéricamente como “Aventura 92”, cumplen un objetivo primordial: preparar la celebración del V Centenario del Descubrimiento de América. Como Programa Oficial de la Comisión Nacional para la Celebración del V Centenario, la expedición se convierte en el único programa cultural destinado a la juventud iberoamericana de ambas orillas del Atlántico que se desarrolla en España.
Una vez cumplida la celebración centenaria de 1992, el programa pasa a depender del Ministerio de Asuntos Exteriores de España, a través de la Secretaría de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica. Desde el año 2005 es, además, un programa adscrito a la Secretaría General Iberoamericana.
Cada año, la expedición es recibida en audiencia privada por SS.MM. los Reyes de España y participa en recepciones y actos oficiales con los presidentes de gobierno de España y de los países iberoamericanos visitados, así como con presidentes de comunidades autónomas, gobernadores y otras personalidades.
Desde 1990, es un programa declarado de "Interés Universal" por la UNESCO, y como tal ha desempeñado diferentes actividades a lo largo de las últimas ediciones del programa. Asimismo los gobiernos de los países protagonistas de las expediciones lo han declarado de “Interés Nacional” en cada país y han colaborado en él a través de sus ministerios de Cultura, Turismo y Defensa.
En España, el apoyo del Ministerio de Defensa a través de la Armada Española ha sido decisivo en la realización del programa con la prestación de sus buques “Galicia” y “Castilla”, gracias a los cuales la expedición Ruta Quetzal ha navegado en varias ocasiones por aguas del Mediterráneo, el Cantábrico y el océano Atlántico durante su etapa española.
La Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de España también colabora desde 1990 con Ruta Quetzal en la fabricación de más de ochenta monedas conmemorativas diferentes, que han sido acuñadas en una ceca itinerante y entregadas a diversas personalidades e instituciones que han recibido a los jóvenes expedicionarios a lo largo de los años. Además, se han colocado numerosas estatuas y placas conmemorativas que han puesto de manifiesto la importancia y trascendencia en la historia común iberoamericana de emplazamientos y personajes destacados del pasado, protagonistas de acontecimientos históricos de primer orden.
En 2011, y con el objetivo de profundizar en su contribución al respeto de los derechos humanos y a la inclusión y desarrollo de las personas con discapacidad en la sociedad, el programa Ruta Quetzal, el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) y la Fundación ONCE crearon la Embajada de la Discapacidad. Desde entonces, dicha embajada ha permitido la participación de hasta dos jóvenes con discapacidad en cada expedición.
Un programa cultural de esta envergadura no hubiera sido posible sin el mecenazgo de entidades financieras a lo largo de su historia. Así, Banesto (1988-1991), Argentaria (1992-1999) y BBVA (2000-2016) dentro de sus políticas de responsabilidad social corporativa han sido patrocinadores principales de la Ruta Quetzal. Gracias a su patrocinio y al de otras empresas y organismos como el Canal de Isabel II Gestión, la Comunidad de Castilla y León o la Comunidad de Castilla-La Mancha, se ha financiado este programa para la juventud.
Asimismo, diversas comunidades autónomas españolas como la Xunta de Galicia, el País Vasco o la Junta de Extremadura, han colaborado en la realización del programa a través de diferentes aportaciones.
Panamá Jack, que desde 1989 ha proporcionado el equipamiento necesario a los expedicionarios, e Hispasat que nos apoya en el mundo de las nuevas tecnologías, son empresas que han brindado su apoyo y colaboración de forma ininterrumpida al programa Ruta Quetzal.
Un programa académico
Durante la expedición los jóvenes becarios tienen la oportunidad de asistir a un Programa Académico dirigido por la Universidad Complutense de Madrid y orientado a presentar múltiples actividades que ayuden a despertar su vocación en nuevas áreas de conocimiento.
El profesorado es elegido cuidadosamente por la Universidad Complutense de Madrid y además forman parte de él docentes de otras universidades españolas y extranjeras, instituciones científicas y tecnológicas, así como artistas y artesanos de cada país, que colaboran en cada expedición.
El Programa Académico está orientado a impulsar las relaciones históricas y de futuro entre Europa y América en completa unión con las ciencias y técnicas de nuestro tiempo. La realización de nuestro “Aula itinerante”, ayuda a crear una mejor relación entre los jóvenes de todos los países iberoamericanos. Jóvenes que a partir de la conmemoración, en 1992, del V Centenario del Descubrimiento de América, han iniciado el relevo de las generaciones pasadas, con un mayor conocimiento de la historia común que nació del Encuentro de Dos Mundos.
A lo largo de nuestras expediciones, dicho programa se ha desarrollado en cursos, seminarios, talleres, conferencias y coloquios en los que han intervenido escritores de la talla de Camilo José Cela, Mario Vargas Llosa, Antonio Gala, Fernando Sánchez Dragó, Baltasar Porcel, Alfonso Ussía, Alberto Vázquez Figueroa, Mario Monteforte, Augusto Roa Bastos, Arturo Uslar Pietri, Álvaro Mutis, Miguel León Portilla, etc. que han versado sobre la historia común de los países iberoamericanos. Más de 400 horas lectivas dedicadas a impartir clases sobre temas geográficos, literarios, artísticos y económicos. La arqueología, antropología, biología, etnografía o zoología también han formado parte del plan didáctico previsto para cada edición, a través de diversos seminarios.
Especial atención se presta igualmente al desarrollo de actividades deportivas, que contribuyen al fortalecimiento de vínculos personales entre los expedicionarios. El programa es impartido por especialistas del Instituto Nacional de Educación Física y cuenta con la organización del Consejo Superior de Deportes.
Además de las actividades puramente académicas se han desarrollado talleres sobre nuevas tecnologías, informática, televisión, periodismo, fotografía, artesanía, astronomía, submarinismo, ciencias del mar, etc. así como tertulias y sesiones de debate sobre “Cooperación al Desarrollo”.
El Programa Académico de Ruta Quetzal es, en suma, un inigualable medio para despertar en los jóvenes expedicionarios, una especial inquietud hacia la Cooperación Internacional, fortaleciendo los vínculos entre las diferentes culturas, así como orientarles hacia nuevas disciplinas académicas para crear en ellos vocaciones que puedan serles de utilidad en la elección de su inmediata carrera universitaria, mientras reflexionan sobre la historia común y los problemas de nuestro tiempo.
La entrega de diplomas a los expedicionarios en un Acto de Clausura presidido por la Universidad Complutense de Madrid, cierra el Programa Académico de la expedición al finalizar cada viaje.
Además, como primer Programa Educativo de Movilidad Académica de Iberoamérica, y gracias al convenio firmado con la Universidad Complutense de Madrid, se han otorgado becas para jóvenes iberoamericanos participantes en cualquier edición del programa Ruta Quetzal, que han realizado sus estudios de licenciatura o diplomatura en las Facultades y Escuelas de la UCM, contribuyendo de esta manera a un mayor acercamiento entre España y los países Iberoamericanos.